La separación o divorcio de una persona con la que has compartido tu vida siempre es duro. Para bien o para mal, la situación no es plato de buen gusto.
Si además tenéis que separaros de vuestra mascota, ya sea un perro o un gato, la cosa se puede poner mucho más difícil. La sociedad va evolucionando y cada día hay mejoras en el marco jurídico que permiten optimizar y mejorar la vida de los ciudadanos.
Hace años llegó el divorcio exprés y ahora también puedes solicitar compartir perro si no llegas a ningún acuerdo con la otra persona.
La ventaja es que se ha procedido a la regulación del Código Civil considerando a nuestros animales de compañía como seres vivos dotas de sensibilidad y derechos.
¿Es posible el divorcio y mascotas compartidas?
Para empezar, lo mejor es tratar de llegar a un acuerdo sin necesidad de juicios, te ahorrarás dinero y tiempo, pero si no hay otra manera de hacerlo habrá que pasar por un procedimiento contencioso. Lo mejor es regular así la custodia compartida de la mascota.
El resultado depende, entre otros factores, del régimen económico que tuviera el matrimonio o la pareja de hecho cuando se adquirió el animal, el valor económico de la mascota, por ejemplo, el pedigrí, y el valor sentimental. En nuestro país, la normativa civil, permite que los cónyuges pacten, a través de capitulaciones matrimoniales. Éstas se plasman en una escritura pública, ante notario, antes o después del matrimonio.
¿Cómo podemos llegar a compartir la mascota?
El régimen económico, que rige la unión de la pareja, sirve para determinar quién es el dueño legal del animal. Si hablamos de un caso en el que se encuentren régimen de gananciales, la mascota pertenece a ambos miembros de la pareja.
Pertenecerá a uno de ellos si uno de los dos adquirió el perro antes de iniciar el régimen económico de gananciales o si se casaron o son pareja de hecho con el régimen de separación de bienes. Hay otros casos donde se puede demostrar que uno de los dos miembros de la pareja es el dueño exclusivo, si lo compró con dinero propio o fue un regalo de otra persona.
Para demostrar la propiedad del animal debe poder acreditarse con una factura de la compra o, en caso de adopción, con algún documento que demuestre quién es el adoptante y, por lo tanto el dueño legal de la mascota.
De esa manera, y en el caso de que los dos quieran quedárselo se puede recurrir a la opción de compartir a la mascota. De esta manera, una parte se puede encargar de los cuidados diarios del perro y la otra parte puede visitar al animal y ocuparse de él durante determinadas temporadas como en vacaciones o incluso compartir a la mascota quedándoselo uno entre semana y el otro en fin de semana.
En el caso de que ninguno de los dos quiera quedárselo después de la separación y, si el animal es propiedad exclusiva de uno de los dos miembros de la pareja, tendrá obligatoriamente que hacerse cargo del perro.
Lo mejor sería lograr un procedimiento de mutuo acuerdo entre ambas partes. ¡Y así es mucho más sencillo!
Consejos prácticos
- Intentar siempre llegar a un acuerdo amistoso sin pasar por el juzgado.
- Conocer que a través de llegar a un cuerdo en el que se comparta la mascota los dos miembros de la pareja pueden disfrutar del perro y éste de la compañía de los dos. Si, además, hay niños está sería la situación ideal para todos.
- Por mucho cariño que le hayas cogido a la mascota si no era tuya antes del matrimonio o la unión de la pareja no tendrás ningún derecho sobre el animal.
- Si percibes que la mala gestión de la situación deriva en que la pareja que se lo ha quedado maltrata o abandona al perro deberás denunciar los hechos.
- ¿Has procedido al registro de identificación de animales? Infórmate, no está de más.
Si no has podido llegar a un acuerdo con tu ex y temes que puedes perder a tu mascota y te gustaría recabar más información sobre cómo llegar a un acuerdo para compartir una mascotas, no lo dudes.
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