Si nos gusta la moda, la decoración o los viajes, las redes sociales se han convertido en el escaparate perfecto para conseguir ideas que alimenten nuestros hobbies. Buscamos referencias acerca de estos temas y existe un perfil en Internet que se encarga de proporcionárnoslas a golpe de clic: los influencers. En este artículo hablamos sobre la nueva regulación que les afecta directamente.
¿Qué papel juegan los influencers para los usuarios?
Las personalidades que se consideran influencers llevan formando de alguna forma parte del día a día de muchas personas. Si bien la Real Academia de la Lengua todavía no ha tomado la decisión de definirlos en el diccionario como tal, la realidad es que no necesitan de gran cantidad de presentaciones para definirlos en la sociedad actual.
Hace alrededor de una década, un grupo de personas hasta la fecha anónimos supieron ver el potencial que tenían este tipo de plataformas digitales y no dudaron en inventar una profesión que comenzó como un hobby y que ahora mueve grandes cantidades de dinero.
Dulceida, Alexandra Pereira o María Pombo son algunas de las personalidades que se sumaron a esta nueva publicidad, cercana y directa, que rompía con la publicidad tradicional del momento.
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Un sector que continúa en auge
Esta actividad que en su momento era inabarcable, se ha profesionalizado con el paso de los años. El Gobierno ha publicado recientemente una definición a efectos jurídicos y legales para considerar a una persona influencer. El ministro para la Transformación Digital y la Función Pública José Luis Escrivá, justificaba que cada vez había más creadores de contenido audiovisuales en las redes que eran relevantes y se debían cumplir, por tanto, ciertos requisitos recogidos en la Ley General de Comunicación Audiovisual.
El primero se centra en el ámbito económico, puesto que deben ingresar más de 300.000 euros al año por su actividad en las redes sociales donde intercambian vídeos. El segundo se basa en la repercusión que tengan sus contenidos y eso lo fija el número de seguidores que tengan. Para este caso, deberá ser superior al millón en una sola red social o bien, dos millones en el conjunto de las mismas.
Expertos en Derecho digital destacan que el Real Decreto selecciona a los influencers audiovisuales que son más destacados para aplicarles un procedimiento sancionador igual que a las televisiones. Es decir, quienes se salten esta norma publicitaria se podrán enfrentar a multas que alcancen el millón y medio de euros si se catalogan como “muy graves”.
¿Qué deberán cuidar estos influencers en sus contenidos?
Los influencers deberán cuidar mucho el contenido publicitario que muestren en sus redes sociales, aunque ya tenían cierta obligatoriedad. Tendrán que señalizar de manera visible y correcta cada publicación en las que promocionen ciertos productos. No podrán ser susceptibles de ello bebidas alcohólicas, medicamentos, tabaco, juegos de azar o “productos milagro”.
Asimismo, observarán vigilarán con suma atención la protección al menor. Deberán etiquetar los contenidos en redes sociales desde el punto de vista de la edad a la que se dirigen y ello lo harán a través de un código de conducta acordado con los reguladores del ámbito, o sea, la CNMC y el Consejo de Ministros.
Los creadores de contenido que sean considerados como influencers a raíz de este Real Decreto, deberán registrarse en un formulario habilitado por el ministerio en un plazo de dos meses para no enfrentarse a posibles sanciones. La realidad es que, a día de hoy, existen muy pocos perfiles que cobren 300.000 euros anuales mínimo y tengan la cantidad de seguidores descrita anteriormente.
Quienes estén por debajo de estas cifras, no están exentos de cumplir la ley. Siguen afectados por dejar claro que lo que están promocionando es publicidad. En este caso, se rigen por la Ley General de Publicidad de 1988 o el código de Autorregulación del sector.
Empresas de talents declaran que esta regulación es algo limitada y que el influencer marketing se autorregulan. Para ellas, la referencia más destacable es el engagement, capacidad de llegar a usuarios y lograr impactar en ellos. Asimismo, indican que otro fallo es no señalar si los seguidores son de España o de otros países.