Tras los días de descanso navideños o, en ciertos casos, las vacaciones de Navidad que hayamos podido disfrutar, llega el momento de regresar al trabajo. Para algunas personas, volver a la rutina puede resultar complicado y pueden padecer lo que se conoce como síndrome postvacacional. Para identificarlo, es importante conocer en qué consiste y cuáles son sus síntomas.
Su aparición tiene que ver con trabajadores que tienen una imagen negativa del puesto de trabajo o que no se sienten realizados en él.
¿Qué es el síndrome postvacacional?
El término, hace referencia al concepto que especifica los síntomas relacionados con la ansiedad o la depresión y que guardan relación con la etapa en la que una persona tiene que volver a su puesto de trabajo. La duración de dicho síndrome, puede alargarse hasta los tres meses posteriores y es más común que se manifieste en las mujeres.
Su aparición, se relaciona con los empleados que tienen una visión negativa de su trabajo, no se sienten debidamente realizados o bien, sienten que acuden a su puesto laboral de manera obligada.
¿Qué causas explican el síndrome postvacacional?
El hecho de haberse incorporado al trabajo tras haber disfrutado de unos días de descanso, puede traducirse en un período de estrés al cambiar bruscamente los horarios. Asimismo, la suma de tareas, el menor tiempo para descansar y el cambio del día a día, son aspectos que pueden incidir directamente en el empleado a nivel físico y psicológico.
Síndrome postvacacional: síntomas
Cada persona es un mundo y, como tal, los síntomas variarán en cada caso concreto. Existen ciertos ejemplos en los que dicha sintomatología podría agravarse hasta desencadenar casos de estrés agudos. En otras situaciones, el empleado manifestará síntomas más leves.
Uno de los más comunes es la ansiedad. Se trata de un sentimiento que cada vez padecen más personas en el mundo a causa de las distintas preocupaciones o dificultades que se plantean diariamente. Con la vuelta de las vacaciones, es lógico que el nerviosismo y la dificultad para adaptarse a los cambios, lo activen.
Por otro lado, encontramos el malestar general. Es muy común y, de hecho, los especialistas en salud advierten que es el que más rápido se desencadena.
Por otra parte, como síntoma de mayor gravedad, hallamos la depresión. En este caso, suele aparecer a raíz de un largo proceso que trae consigo situaciones negativas en el entorno laboral para el empleado. La vuelta a las vacaciones, podría suponer un shock que generaría un cuadro depresivo.
La sudoración es otro de los síntomas que aparece frecuentemente. Especialmente, las manos son la parte del cuerpo donde suele aparecer, pero también se manifiesta en la espalda, las axilas y las piernas.
Si nos encontramos ante un estado emocional tan intenso como es el síndrome postvacacional, es normal que las personas que lo padezcan tengan dificultades para concentrarse y con ello, desciendan su rendimiento. En estos casos, la mente suele estar colapsada y, por tanto, resulta más complejo llevar a cabo las distintas tareas profesionales.
Dicha intensidad, también afecta a los cambios de humor. En este caso, la irritabilidad es lo más habitual. Cuando se padece, cualquier problema afecta en mayor medida, la persona experimenta momentos de tensión con sus compañeros e incluso, consigo misma.
A nivel respiratorio y cardíaco, encontramos cómo puede sufrirse de un mayor número de palpitaciones, así como de aparición del sentimiento de ahogo. En caso de que pueda volverse más intenso de lo habitual o se prologue en el tiempo, es recomendable acudir al médico para pedir ayuda y que determine si efectivamente se debe a causa del síndrome postvacacional y si, son síntomas que deben propiciar pedir la baja laboral por enfermedad.
¿Cómo se puede prevenir?
Impedir que el síndrome postvacacional aparezca o minimizar sus efectos es posible siempre que se lleven a cabo diferentes pausas y tips.
El primero de ellos se centra en la planificación del regreso y empezar de manera gradual. Los especialistas siempre recomiendan no volver de las vacaciones el día inmediatamente anterior a incorporarse al trabajo. Lo ideal es hacerlo dos días antes para concienciarse del regreso, tener tiempo para descansar y adaptarse para la vuelta.
La organización también es clave. Cuando se vuelve al trabajo, es importante destinar pocos minutos a ponerse al día, analizar qué es lo más importante que dejamos por hacer y con ello, priorizar las diferentes tareas. Si se opta por la vía de querer abarcarlo todo, podrá incrementar la aparición del estrés. Si se puede crear un entorno saludable con los compañeros con diferentes breaks para hablar de aspectos ajenos al trabajo durante la jornada, también resultará beneficioso.
Además de todo ello, es importante también reordenar la vida fuera del entorno laboral. Con ello, nos referimos a dejar de trasnochar, comer y cenar de manera más saludable. Los dos días anteriores a regresar al trabajo, es preferible desistir a las siestas, tratar de mantener horarios regulares y dormir las 7-8 horas habituales que se suele dormir, con horas de acostarse y levantarse habituales.
El alcohol también motiva la aparición de la ansiedad, la apatía y la depresión. Reduciendo su consumo, así como el de café, puede evitar que aparezca el estrés y las palpitaciones.
El deporte es un aliado para prevenir el síndrome postvacacional. Llevar a cabo ejercicio físico, se vincula directa y positivamente con el síndrome. En este caso, quienes practican regularmente deporte y llevan un estilo de vida saludable, se sienten más felices y liberan estrés acumulado.
¿Cómo podemos superarlo?
Lo primero que se debe tener claro es seguir con la filosofía de dejar el trabajo en la oficina y centrarse en él durante las horas de trabajo. De nada sirve que le demos vueltas a ciertos asuntos mientras no estamos en la oficina. Con ello, únicamente conseguiremos aumentar nuestro estrés y dificultaremos nuestro descanso con ideas irracionales que puedan daros ansiedad.
Además de ello, es fundamental que adoptemos en todo momento una actitud positiva frente al trabajo para superar las molestias derivadas de la vuelta. Priorizaremos la parte positiva a la negativa en todo momento para comprobar cómo de esta manera desempeñamos el día a día en el trabajo de una forma más positiva.
Como has podido observar, el síndrome postvacacional es un hecho, pero gracias a distintas herramientas podemos combatirlo y minimizar sus efectos. Ahora es el momento de poner en práctica los tips descritos en el artículo para que no se convierta en un problema grave en tu día a día.
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