Tras aceptar (o no) que la relación de pareja está rota, llega el momento de regularizar la ruptura. Se pone en marcha un proceso burocrático-judicial que, de no confiarse a los profesionales adecuados, puede ser mucho más largo de lo necesario y un auténtico calvario.
En España, el proceso de divorcio exige la intervención de un abogado así que, ya que vamos a tener que contar con uno, es importante que elijamos a un especialista en derecho matrimonial.
Cuando el fin de la relación ha llegado, lo primero que tenemos que tener claro es si existen posibilidades de que los dos miembros de la pareja pacten los efectos del divorcio (hijos, pensiones, patrimonio…) o si, por el contrario, las posibilidades de acuerdo son nulas y vamos a tener que acudir a un juez para que adopte las medidas que considere convenientes.
En caso de existir posibilidad de acuerdo
Debemos saber que una pareja puede hacer de su divorcio un traje a medida, sin que la ley nos diga demasiado sobre cómo o cómo no deben ser las cosas. Si la pareja tiene muy claro lo que quiere podrá contratar los servicios de un solo abogado, que verificará que lo que han pactado es legal, les asesorará sobre las carencias que podría tener el acuerdo, redactará la documentación necesaria y pondrá en marcha el proceso de divorcio ante los juzgados.
Por otra parte, si la pareja no sabe cómo regularlo pero aún así quiere llegar a un acuerdo, igualmente podrá asesorarles a ambos un mismo letrado o, por el contrario, podrá contar cada uno con los servicios de un abogado distinto, para que sean los profesionales quienes lleven a cabo la negociación con el fin de llegar a un acuerdo.
En caso de que las posibilidades de una cuerdo sean nulas, lo primero que debemos hacer es exponer nuestro caso particular a un abogado, a ser posible especialista en derecho de familia. Siempre digo a mis defendidos que las cosas tienen una valoración muy distinta en el juzgado y en la sociedad. Así, si uno de los dos miembros de la pareja no tiene trabajo, por ejemplo, socialmente se suele pensar que será el menos adecuado para cuidar a los hijos por carecer de medios económicos.
En el juzgado, sin embargo, se le considerará el más adecuado por tener una mayor disponibilidad horaria. Es, por tanto, imprescindible contactar con un abogado de familia, al que explicaremos cuál es nuestra situación. Él nos asesorará sobre qué y qué no debemos hacer para conseguir que nuestro divorcio llegue al mejor término posible.
En tugesto contamos con un equipo de abogados especialistas en derecho matrimonial, con amplia experiencia, que hará que te sientas defendido, protegido y cuidado en un momento tan delicado de tu vida.
Lidón Serra, abogada especialista en derecho de familia civil y canónico (Dpto. jurídico de tugesto)
*Sabina, Joaquín. «Nos sobran los motivos»