Arte, música, alegría y mucho ambiente. Es el cóctel perfecto para celebrar la semana estrella para los valencianos: las Fallas. Las fiestas josefinas arrancan la semana que abarcan los días 15 al 19 de marzo y se hace con muchas ganas tanto en València como en zonas de alrededor, puesto que los falleros aún recuerdan cómo el 10 de marzo de 2020, sus sueños de celebrar esta fiesta dicho año se truncaban con la llegada del COVID-19.
Sin embargo, los falleros y amantes de todo lo que engloba esta celebración, han mantenido desde siempre su optimismo y aún les quedan reservas de celebración de aquella edición que no pudieron disfrutar.
Cuando hablamos de Fallas, nos viene a la mente el monumento, que se erige a más de 20 metros de altura, repleto de ninots, colorido y expresividad. Con la Cremà, celebrada el día 19 de marzo por la noche en la que todas las Fallas arden para dar comienzo a las del año siguiente. También lo asociamos con la gastronomía, ya que el chocolate con buñuelos, es un desayuno o merienda prácticamente obligatorio. Y no solo eso, sino que también conectamos con las mascletàs, en las que a las 14:00 de la tarde, la gente se congrega para disfrutar de sus 5-10 minutos de duración.
Pero hay un sector que no solo vive las Fallas durante la semana grande, sino que durante todo el año deposita toda su vocación, creatividad y sacrificio. Nos estamos refiriendo a los artistas falleros, las personas que se encargan de que tanto valencianos como turistas, vivan al máximo una fiesta única. ¿Cómo viven los artistas falleros? ¿Qué tipo de contratos tienen? ¿Es una profesión con visión de futuro? En este post damos respuesta a todas las preguntas.
Muchos artistas falleros hacen frente a cuotas de autónomo, materiales y contratos con un sueldo que no suele exceder mucho del SMI
El día 19 de marzo es el 31 de diciembre para los valencianos. Esta fecha es la que marca el fin y el comienzo de una nueva edición de Fallas. También lo es para los artistas falleros, pero con la salvedad de que comienzan sus ansiadas y merecidas vacaciones durante los meses de marzo a junio. A partir del 20 de marzo, es cuando las comisiones falleras, que son las que contratan a los artistas, se ponen en contacto con ellos para la realización de los monumentos del año próximo.
El mundo del artista fallero es meramente vocacional. En palabras de artistas falleros, afirman que es una profesión muy sacrificada, en la que se tiene una concepción errónea de que se ganan grandes cantidades de dinero. En la Ciutat Fallera de València, muchos de ellos comparten los gastos de alquiler de las naves que albergan los ninots que se crean para el próximo año.
Además, hay que destacar que una gran mayoría no sustentan su vida únicamente con el oficio de artista fallero. Para ellos, hacer Fallas es ganarse un sobresueldo, ya que lo compaginan con el mundo publicitario, del diseño gráfico o tan dispares como dedicarse a la peluquería para las falleras. Como indicábamos anteriormente, es un oficio que exige una gran dedicación. No pueden vivir todo el año de hacer ninots, pero sacan la fuerza necesaria para seguir con su pasión.
¿Cuánto suele cobrar un artista fallero?
Cada profesional del mundo del artista fallero es un universo distinto. En líneas generales, pagan su cuota de autónomos y, en el caso de tener mucho trabajo, piden ayuda a pintores o compañeros. Recordamos que los artistas falleros suelen hacer distintas fallas tanto de Valencia como de zonas de alrededor para facturar el dinero suficiente que les permita vivir.
Con un sueldo que supera sorprendentemente los 1.000 euros realizando cuatro Fallas, tienen que hacer frente a la cuota de autónomo, su correspondiente gestoría, el alquiler de la nave, los gastos de materiales, facturas de luz, agua y la posibilidad de que puedan solicitar colaboración a otros artistas.
Esta situación se vive incluso para los artistas que realizan las Fallas de la sección Especial, la más importante de todas y donde las cantidades de dinero destinadas a un único monumento han llegado a alcanzar el millón de euros. Al igual que el resto de artistas, viven del mundo fallero porque les gusta y pelean por cobrar los distintos plazos con las comisiones falleras. Algunas de ellas, no pagan a los artistas hasta que reciben la subvención del Ayuntamiento, por lo que se viven situaciones bastante delicadas.
Los artistas falleros suelen preferir tener menos monumentos falleros, pero con un presupuesto más elevado y siempre las que abarcan desde la sección Especial hasta la 10ª. A partir de la 11ª, suelen ser los artistas quienes se postulan ante las comisiones para realizar los monumentos.
Las últimas semanas del mes de febrero, son cuando se congregan más profesionales en el taller del artista fallero. Regularmente piden ayuda para ultimar los detalles finales y ocurre generalmente en las secciones que no son de Especial. En el caso de los artistas de esta sección, suelen estar contratados, cobrando cantidades que oscilan entre los 1.400 y los 1.600 euros, trabajando de lunes a sábado y, cuando se acercan las fiestas josefinas, también los domingos alcanzando las 70 horas semanales con la presión que conlleva a nivel físico y mental. Por ese motivo, desde el gremio advierten que es una profesión en riesgo, porque no todas las personas están dispuestas a seguir con unas condiciones tan duras.
Los artistas falleros exigen que haya titulación y se deje de cobrar en negro
Los monumentos falleros destacan por la belleza de sus ninots, el color y la purpurina de sus trajes hechos en poliuretano. Sin embargo, la cara B del mundo fallero viene ligada al intrusismo laboral y a la escasez de personas que están dadas de alta en algunos casos.
Para ser artista fallero, existe una titulación de Formación Profesional o una certificación homologada. A pesar de ello, muchos profesionales del sector trabajan por contactos o experiencia y, desde el Gremio de Artistas Falleros, se exige desde hace años que se solicite la documentación necesaria que acredite que una persona puede trabajar como artista fallero. Se trabaja para que se respete la ley de contratación, que los artistas sean autónomos y estén dados de alta en la Seguridad Social con las medidas de seguridad que se exigen.
Sin los artistas falleros, no podrían celebrarse las Fallas. Es importante que cada uno de ellos esté contratado o dado de alta como autónomo.
En tugesto, queremos sumarnos a la regulación de esta fiesta declarada en 2016 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO tan importante a nivel local, nacional e internacional. Por ello, recordamos que nuestro software de gestión contable y fiscal para autónomos es el medio ideal para dignificar la profesión del artista fallero.