¿Estrés? ¿Más cansancio? ¿Fatiga? ¿Irascibilidad? El comienzo del horario de verano en España ha llegado desde el pasado fin de semana, coincidiendo con el último domingo del mes de marzo. Así, durante la madrugada del 25 de marzo al 26 de marzo, perdimos una hora de sueño que no afecta por igual a todas las personas.
Las emociones y sensaciones que se viven en torno a ello, no son unánimes y hay gente que lo vive realmente mal. Y en el trabajo, ¿podemos hablar del jet-lag laboral? ¿Cómo afecta el cambio de hora que se avecina en el trabajo?
Los biorritmos padecen desajustes que se compensan con el paso de los días
Si alguna vez hemos viajado en avión a algún país transoceánico, habremos vivido lo conocido como jet-lag, ¿verdad? Según distintos estudios, este cambio de hora tiene efectos muy similares al jet-lag del avión y puede afectar más que el primer cambio de hora, el del horario de invierno. En el momento en que perdemos una hora, los biorritmos se desajustan y la compensación llega con el paso de los días o incluso, semanas.
No tiene nada que ver con el efecto que podría producir el hecho de viajar hasta Florida, pero sí que afecta a nuestra productividad. Por ello, es posible que esta semana o las inmediatamente posteriores, notemos cómo el ritmo en el trabajo se ve afectado. Es crucial conocer cuáles son los efectos del cambio de hora.
La Comisión Europea lleva considerando eliminar el hecho de que existan cambios de hora en países como España, pero la realidad es que parece resistirse a abandonarnos, por lo menos durante los años siguientes. Así, adelantar el reloj una hora, será una práctica que repetiremos los años siguientes.
Escoger entre el horario de invierno o el de verano, no es cuestión baladí. Para decidir uno u otro, los investigadores insisten en que se deben tener en cuenta ciertos aspectos económicos, sociales y relacionados con la sostenibilidad del planeta. Asimismo, coinciden en que se debe mantener el mismo que disfrutan otros lugares como Alemania o Francia y que el más preocupante es el de marzo por quitar horas en vez de sumarlas.
Centrándonos en cómo afecta en el entorno laboral, hablamos en primer lugar de las personas que trabajan durante el turno de noche. Según la Fundación Gadea, quienes tienen este tipo de trabajos y quienes cambian de horario con cierta frecuencia, tienen más riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad o relacionadas con la salud mental, tales como depresión o ansiedad. Y todo guarda relación con el hecho de que dormiremos una hora menos.
¿Y por qué se cambia el horario? Si bien es cierto que se advierte que el motivo principal es el ahorro, las compañías discrepan en torno a esta afirmación. Las empresas observan cómo desde que cambia el horario, la productividad de los trabajadores desciende de manera notable durante las dos primeras semanas después de cambiar el horario. Insomnio, migrañas o descanso insuficiente, son algunos de los motivos más comunes.
España y la Unión Europea siguen con la polémica por el cambio de hora
Recientemente, se ha anunciado que España pasará al horario de verano hasta, al menos, el año 2026. Durante los años 2020 y 2021, se planteó la propuesta de terminar con esta opción ante la Comisión Europea tras la realización de una encuesta. En ella, hasta un 84% de los 4,6 millones de encuestados, admitió el deseo de acabar con los cambios horarios.
Expertos en economía, advierten que, si no se cambio al horario de verano, tendrá un impacto económico destacable en España, especialmente en aquellas zonas donde el turismo sea un aspecto clave. En caso de que se mantenga el horario de invierno, en zonas como en Barcelona, amanecería a las 6 de la mañana, mientras que, en otros lugares como Galicia, el sol se verá a partir de las 9 de la mañana.
Además de ello, coinciden en que este cambio horario es positivo por la sintonía de la gente con el ciclo solar y no tanto por si supone un ahorro de energía. Cambiar de hora se traduce con más horas de luz solar y calor, por lo que se recomienda en las instalaciones tener una temperatura acorde a ello, colocando persianas y toldos.
¿Cómo adaptarnos al cambio de horario de verano?
De cara a hacer frente al cambio de horario, la OCU detalla una serie de tips de gran utilidad. Es preferible mantener los días posteriores un horario regular a nivel de sueño, acostándonos y levantándonos a la misma hora, incluidos los fines de semana posteriores.
También es útil dormir las horas que necesitemos para estar con energía el día siguiente, sin necesidad de que sean más de las que descansamos con normalidad. En caso de que realicemos siestas, no deberían superar los 20 minutos.
Por otra parte, es aconsejable hacer ejercicio regularmente, bien sea ir al gimnasio, practicar yoga o ir a hacer jogging. Sin embargo, es esencial que no se realice justo antes de irnos a la cama, puesto que provocará una alteración a la hora de conciliar el sueño. Lo ideal es hacerlo antes de las 20:00 horas.
Tampoco es recomendable tomar bebidas estimulantes como té, café, refrescos de cola o alcohol antes de las 6 horas de irnos a la cama. Y si te afectan en exceso, es preferible que prescindas de ellas durante todo el día. Respecto a las cenas, no deberán ser copiosas y siempre será mejor cenar 2 horas antes de ir a la cama.
En el momento de ir a la cama, lo aconsejable es preparar un ritual del sueño. Es decir, que se mantenga la habitación a una temperatura agradable, esté oscuro y en silencio. El colchón también es importante, ya que no deberá ser ni muy rígido ni muy blando.
Y recuerda, si no puedes dormir, olvídate de mirar el reloj y dar vueltas en la cama. Levántate, lee un libro que no sea demasiado interesante con luz tenue hasta que el sueño te venza, los párpados se te caigan y con ello, duermas plácidamente.