Las vacaciones han terminado para muchas personas y, con ello, llega el momento de volver a la oficina. Este hecho, no tiene por qué ser negativo, independientemente de que nuestros días de descanso hayan concluido. Uno de los puntos más destacados es el hecho de contar cómo han ido nuestras vacaciones a nuestros compañeros y no tiene por qué ser un hecho pedante. Comporta múltiples beneficios que conviene tener en cuenta para retomar la rutina de cara a la “vuelta al cole”.
7 ventajas al contar las vacaciones de los compañeros
Narrar cómo han ido nuestras vacaciones, bien sea en verano o en cualquier otra época del año, comporta múltiples aspectos positivos que conviene conocer. Es una práctica bastante común en todas las oficinas que viene genial para que volver a la oficina sea un aspecto más amable. Detallamos cuáles son las más representativas.
Fortalece las relaciones laborales
A través del hecho de relatar nuestras experiencias durante las vacaciones, compartimos aspectos personales acerca de las actividades realizadas, viajes, aficiones e intereses. Es una forma ideal de que nos conozcan mediante una conversación mucho más distendida. Con ello, conseguimos un entorno de trabajo mucho más amigable y cercano en el ámbito laboral. La cercanía que proporciona genera confianza mutua y fomenta un mejor trabajo colaborativo, esencial para la cohesión y éxito en un grupo de trabajo.
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Reduce el estrés postvacacional
El síndrome postvacacional es un aspecto que puede resultar muy molesto para las personas que lo experimentan al reincorporarse al trabajo tras unos días de descanso. El hecho de que relatemos nuestra experiencia durante las vacaciones, permite que prolonguemos de forma positiva los efectos de dicha desconexión. Rememorando momentos de relax, las personas suavizamos la transición que hay entre el ambiente relajado de las vacaciones y las responsabilidades que nos esperan en el trabajo.
Mejora el ambiente laboral
Compartir experiencias durante las vacaciones entre empleados, genera debates y conversaciones más distendidas en el entorno laboral, vital para que el ambiente de trabajo sea más positivo. Todo ello contribuye a romper con la monotonía, liberar tensiones y crear un clima de trabajo agradable. Así, los trabajadores son más productivos y creativos.
Se intercambian ideas
Las vacaciones son sinónimo de viaje en múltiples ejemplos, lo que comporta a una serie de aprendizajes relacionadas con culturas nuevas o idiomas. Con ello, compartimos nuestras aventuras personales, enriquecemos a nuestros compañeros para que puedan empaparse de ellas y decidan repetir nuestro viaje, se relajan, se ríen, etc.
Fomenta la comunicación interna
A través de las vacaciones, tenemos la posibilidad de mejorar las habilidades comunicativas. Relatando una experiencia, las personas desarrollan las capacidades de expresar ideas y emociones de manera clara y efectiva. Asimismo, puede ser una buena manera para que los compañeros que generalmente no hablan, se relajen y empiecen a relajarse, fortaleciendo los lazos entre el equipo.
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Incrementa la productividad y la motivación
Al compartir experiencias positivas, se crean sentimientos de satisfacción que motivan al regreso al trabajo. Escuchando las experiencias del resto, nos inspira, especialmente si las aventuras son óptimas e incluyen logros personales y aventuras. Además, escuchando planes de vacaciones futuros, estimula a pensar en las metas de cada persona y permite organizar mejor el tiempo para disfrutar de las que vendrán.
Fomenta la creatividad
Las vacaciones son el momento idóneo donde las personas desconectan y recargan las energías, favoreciendo en todo momento la creatividad. Compartir historias y reflexiones pueden inspirar ideas novedosas o enfoque a los problemas de trabajo. Experiencias frescas provocan un cambio de perspectiva que es útil al resolver problemas o implementar nuevas estrategias de trabajo.
Como podemos observar, narrar nuestras vacaciones y escuchar las del resto, es una oportunidad para entablar relaciones más estrechas, consiguiendo beneficios a nivel personal y colectivo. Incrementa la motivación, mejora le ambiente de trabajo y fomenta un intercambio de ideas y cultura. Como conclusión, compartiendo las experiencias se mantiene el equilibrio saludable entre la vida personal y profesional, potenciando entornos de trabajo que sean más productivos.
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